Gral Div. JOSÉ DEL CARMEN MARÍN ARISTA
Fundador y Primer Director del CAEN-EPG
SU INFANCIA E INICIO EN LA VIDA MILITAR
ENFRENTANDO LA VIDA DESDE NIÑO
El Perú comenzaba a recuperarse de una infausta guerra provocada con Chile, la que se desarrolló en 1879 y 1883. Tras la contienda, emergían héroes que personificaron la defensa y la dignidad nacional; asimismo, nuestro país fue capaz de recuperarse económicamente, a pesar de las tensiones políticas y sociales derivadas de ella. Mientras que la agricultura y la minería en la costa y la sierra apuntaban hacia la exportación, en la selva se iniciaba la fiebre del caucho.
Durante ese periodo, en un alejado caserío de la hoy región Amazonas, nacía un niño en el seno de una familia de escasos recursos económicos, el que tiempo después, gracias al esfuerzo y la disciplina que cultivó durante sus años de estudios escolares y superiores, lograría alcanzar las metas y sueños que todo ser humano anhela durante su vida.
Es así que el 02 de marzo de 1899, en el caserío de El Quillo, valle de Huayabamba, provincia de Rodríguez de Mendoza en la región Amazonas, nació José del Carmen Marín Arista. La familia de aquel pequeño era de condición humilde, siendo sus padres Marcelino Marín y Abela Arista, quienes motivados por la euforia del caucho que se vivía por aquellos años, decidieron viajar a Iquitos, dejando a José con tan solo un año de edad.
Tras la partida de sus padres, José del Carmen quedó bajo los cuidados de sus abuelos y tíos, destacando entre estos el sacerdote Esteban Arista Torres, que tenía a su cargo el Seminario de Chachapoyas.
Teniendo ya la edad escolar, el tío Esteban se llevó a José del Carmen a Chachapoyas, donde realizaría sus primeros estudios hasta el segundo año de secundaria y colaboraba, además, con las actividades propias del seminario, misas y demás actos religiosos realizados por su tío, aprendiendo de él la disciplina, la humildad y la tolerancia. Posteriormente, el tío Esteban fue trasladado a la ciudad de Cajamarca, llevándose consigo al ya adolescente José del Carmen, para que continuara allí sus estudios secundarios. Tras una serie de gestiones y un examen de convalidación que aprobaría con éxito, Marín fue matriculado en el Colegio San Carlos.
Para esos años, su tío sacerdote falleció, por lo que el joven José del Carmen pensó viajar a Iquitos en búsqueda de sus padres; sin embargo, a pedido de su tía Paz Arista, Marín cambió sus planes y viajó a la ciudad de Lima. Pero su llegada a la capital no fue el final de un feliz viaje, por el contrario, mientras buscaba un puesto de trabajo, se le terminó el poco dinero que traía consigo, por lo que se vio obligado a dormir en las calles, particularmente en la plazuela que hoy es llamada como el Parque Universitario.
Cuando ya laboraba en la imprenta San Martí, se dice que en una oportunidad vio pasar a un grupo de cadetes de la Escuela Militar con sus vistosos uniformes, lo cual llamó su atención y despertó el interés por la carrera militar. En ese sentido, Marín deseaba superarse y alcanzar su anhelo de ser militar, por lo que pronto se presentaría a la Escuela Militar de Chorrillos.
EL CABO Y EL FUTURO MARISCAL
El 25 de mayo de 1917, muy temprano, se presentó en la Escuela de Clases de Infantería que formaba parte de la Escuela Militar. Tras pasar los exámenes médicos y físicos de rigor, el ahora soldado José del Carmen Marín Arista comenzó su servicio recibiendo las instrucciones de orden cerrado y otros conceptos de la vida militar.
De aquel tiempo, Marín recuerda una de las anécdotas que compartió con el héroe de La Breña, El General Cáceres, quien por entonces no era aún Mariscal y cuya distinción le fue otorgada por el presidente Augusto B. Leguía recién a inicios de su segundo gobierno conocido como el Oncenio (1919 – 1930), ya se había retirado de Chorrillos y ahora habitaba el balneario de Ancón, ubicado al norte de Lima.
El batallón donde se encontraba Marín tenía la obligación de mandar un clase y un grupo de ordenanzas a la casa del General Cáceres. A poco de haber llegado a dicho lugar, señala Marín que tuvo la suerte de cumplir ese servicio. En ese entonces era un desconocido soldado que había ascendido a cabo, tal como lo recordaba el futuro General fundador del Centro de Altos Estudios Militares (CAEM).
Fueron dos meses los que pasaría compartiendo el inmueble que albergaba al General Cáceres, Marín recuerda que tenía un sentimiento de gratitud y admiración por Cáceres, el que se acrecentaría día a día por considerarlo un hombre que toda su vida no tuvo otro pensamiento que el Perú y que siempre procuró el bienestar de la amada patria.
De esta manera, José del Carmen Marín Arista comenzó su vida militar, y siguiendo los consejos de Cáceres, al año siguiente postularía a la División Superior de la Escuela Militar, a la que ingresó ocupando el primer puesto en el cuadro de mérito.
LA CARRERA MILITAR DEL GENERAL MARÍN
EL CADETE Y ADMIRABLE TRAYECTORIA DE UN OFICIAL
El 18 de marzo de 1918 tras pasar con éxito los exámenes de selección, José del Carmen Marín Arista se convirtió en cadete de la Escuela Militar de Chorrillos. Desde los primeros momentos, el cadete Marín se distinguió dentro de sus compañeros por su capacidad intelectual y cualidades personales.
Al término de 4 años de formación militar, el 01 de Febrero de 1922, Marín Arista egresó con el grado de Subteniente de Infantería, obteniendo el 1er puesto en el cuadro de mérito, recibiendo la Espada de Honor de la 22° Promoción de la EMCH, denominada “Centenario de la Independencia Nacional”.
>> El cadete Marín en 1920, con 21 años de edad.
Luego de graduarse, Marín permaneció en la Escuela Militar durante sus 3 años de Subteniente, ocupando el cargo de Comandante de Sección en el Batallón de Infantería de la Escuela Militar desde 1922 hasta 1925. Asimismo, de 1922 a 1924, cursó el primer y segundo año de estudios en la Facultad de Ciencias Matemáticas de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, con notas sobresalientes.
El 01 de febrero de 1925, José del Carmen Marín Arista asciende a Teniente de Infantería. En abril de ese mismo año, ingresa a la “Ecole Militaire et D´Aplication du Genie”, en Versailles – Francia. Siguió los cursos de Preparatorio y el de la División de Aplicación; incluyendo una estancia en Marruecos desde setiembre de 1925 hasta agosto de 1926.
El 01 de febrero de 1928, José del Carmen Marín Arista asciende al grado de Capitán, con este nuevo grado organizó las primeras Unidades de Transmisiones del Ejército, comenzando por la primera Compañía de Transmisiones con sede en Ancón, siendo llamado después la Escuela de Trasmisiones, el cual Marín fue el fundador.
En Febrero de 1930, el Capitán Marín Arista fue destinado como Instructor de Ingeniería de la Escuela de Oficiales y se le encargó la organización de la Sección correspondiente en dicha Escuela Militar. Paralelamente, dictó el Curso de “Ingeniería de Ferrocarriles y Caminos”, curso de “Comunicaciones y destrucciones”, y el curso de “Topografía” hasta julio de 1933.
Simultáneamente se dedicó a la labor docente, a escribir sobre la Ingeniería Militar, a traducir reglamentos franceses y a dictar conferencias. Fruto de la organización de la Sección Ingeniería en la Escuela Militar, egresó la primera promoción con Oficiales del Arma de Ingeniería: la Promoción “Tacna” egresada el 8 de febrero de 1932.
El 01 de febrero de 1933, José del Carmen Marín Arista asciende al grado de Mayor e ingresa a la Escuela Superior de Guerra del Ejército (ESGE).
Durante el año 1933 y 1934, fue alumno y profesor de la XIV Promoción de la ESGE, egresando obteniendo en el primer puesto, haciéndose acreedor a la Divisa de Honor y al premio “Espada España”.
>> Divisa del entonces Mayor Marín.
>> Espada España
En febrero de 1937, el Teniente Coronel Marín Arista fue enviado en misión de estudios a la “Ecole Superieure de Guerre”, con sede en París – Francia. Durante la misión de estudios del Teniente Coronel Marín, realizó un curso de perfeccionamiento y tres temporadas de prácticas (Stages) en las siguientes Unidades:
- Del 14 de junio al 3 de julio de 1937 siguió el Curso de Instrucción Táctica de Comandantes, en el Campo de Valdahon.
- Del 5 al 17 de julio de 1937 en el 71° Régiment d´Infanterie, de la guarnición de Saint Brieuc
- Del 28 de julio al 7 de agosto de 1937 en el 9° Régiment d´Dragons, en la guarnición de Epernay.
- Del 16 de agosto al 28 de agosto de 1937 en el 35° Régiment ´Artillerie, en la guarnición de Vannes.
A su regreso al Perú, en noviembre de 1939, Marín es destinado como Jefe de la Tercera Sección del Estado Mayor General del Ejército, “Operaciones”, desempeñando este cargo hasta 1941. Asimismo, Fue designado Miembro de la Comisión Mixta de la Frontera Norte, y aprovechó para enviar valiosas informaciones para el planeamiento estratégico previo a las Operaciones contra el Ecuador de 1941.
>> Coronel Marín como Director del Colegio Militar Leoncio Prado
En los años 1942-43 se desempeñó como Director de la Escuela de Aplicación de Ingeniería. El Coronel Marín cumplió en todos los grados múltiples tareas, como formulación de reglamentos, dictado de conferencias; asiduo colaborador de las revistas existentes en el Ejercito, miembro de diversas comisiones, como la que estudio la ruta OlmosBellavista, la Comisión Mixta del Chaco, y la Comisión que estudió y creó el CIMP, etc.
En Octubre de 1943, es nombrado Director del Colegio Militar “Leoncio Prado”, el que organiza de acuerdo a los métodos de enseñanza modernos. Del mismo modo, el Coronel Marín creó un “nuevo” centro de enseñanza en el país, el que ganó resonante prestigio, sirviendo de base para la creación de los otros Colegios Militares.
El 15 de julio de 1944 se inaugura el CMLP, con la presencia del Presidente de la República Dr. Manuel Prado Ugarteche, todos felicitaron al Coronel Marín Arista por el trabajo desarrollado. En marzo de 1945, la Convención de Directores de Colegios Nacionales, acordó: “Que el trabajo presentado por el Crl. José del C. Marín Arista, Director de CMLP, sirva de base para la reforma de la educación secundaria y se publique en el órgano oficial del Ministerio de Educación Pública”.
En 1945, el Coronel Marín fue designado Director de la Escuela Militar de Chorrillos. El 12 de enero de 1947, ya ascendido a General de Brigada, Marín Arista prestó juramento como Ministro de Guerra en el gobierno del Presidente José Luis Bustamante y Rivero, durante su gestión se impulsó la participación del Ejército en el Plan Vial Nacional, en coordinación con el Ministerio de Fomento y Obras Públicas, mediante el empleo de la Ingeniería Militar.
Posteriormente, el Gobierno nombra al General Marín como Presidente de la Comisión encargadas de la formulación de leyes y disposiciones destinadas a la preparación integral de las Fuerzas Armadas.
Con el DL N° 11432 del 14 de julio de 1950, se aprueba la Ley Orgánica del Ejército, que crea el Centro de Altos Estudios del Ejército (CAEE).
En 1950, se nombra al General de Brigada José del Carmen Marín Arista, como primer Director del Centro de Altos Estudios Militares (CAEM).
La creación del CAEM permitió iniciar el estudio de disciplinas íntimamente ligadas a la realidad socioeconómica del país, temas que los jefes militares no habían tratado con amplitud, ya que la mentalidad hasta ese entonces solo se circunscribía a conceptos netamente militares.
>> General Marín como Ministro de Guerra.
LOS ÚLTIMOS AÑOS DEL GENERAL
MÁS VALE TARDE QUE NUNCA
Por su intachable trayectoria y por sus importantes aportes el Ejército y al país, en diciembre de 1956, José del Carmen Marín Arista fue ascendido a General de División como un acto de desagravio antes de pasar a la situación militar de retiro.
El 01 de febrero de 1957, Marín pasaba a la situación de retiro tras 40 años de prestar servicios en el Ejército del Perú, desde su ingreso como soldado hasta llegar al grado de General de División.
DOCENCIA Y CONDECORACIONES
Además de su labor castrense, el General Marín se desempeñó durante 32 años como catedrático principal en la entonces Escuela Nacional de Ingenieros, la que se convertiría en Universidad Nacional de Ingeniería (UNI), primero en Ciencias Matemáticas y luego en la asignatura de Defensa Nacional.
Marín, a pesar de las múltiples responsabilidades propias de un militar, siempre se daba tiempo para participar en diferentes eventos académicos, siendo miembro de numerosas instituciones civiles y ejerciendo su mejor pasión, la docencia. Podía verse a Marín dictando clases en la Escuela de Policía, en la Academia Diplomática, disertando conferencias en el Círculo Militar, en el Rotary Club de Lima, en otras instituciones y escribiendo en los diarios de la época.
Entre las principales condecoraciones y medallas obtenidas por el General Marín, destacan las siguientes:
- Orden del Cóndor de los Andes de Bolivia (1935).
- Medalla de la Conferencia de Paz de Buenos Aires, Argentina (1937).
- Orden Militar de Ayacucho en el grado de Gran Cruz, Perú (1947).
- Orden del Sol del Perú, en el grado de Gran Oficial (1947).
- Orden al Mérito en el grado de Gran Cruz, Chile (1947).
- Orden Nacional del Mérito, Paraguay (1947).
- Orden del Libertador, Venezuela (1948).
- Comendador de la Legión de Honor, Francia (1952).
- Cruz Peruana al Mérito Aeronáutico, Perú (1956).
- Orden de las Palmas Magisteriales del Perú (1956).
- Orden del Mérito de la Policía de Investigaciones del Perú, así como de la Guardia Civil del Perú en el grado de Gran Cruz (1975).
SU MUERTE Y LOS FUNERALES
Lamentablemente, el 06 de diciembre de 1980, ocurre un hecho inesperado, se conoce la noticia del fallecimiento del General Marín, quien hasta en vísperas de su defunción se encontraba bien de salud, mostrando una vitalidad tanto física como intelectual.
Su deceso conmovió los círculos militares y académicos del país, tanto que el propio presidente Fernando Belaunde Terry, enterado de la noticia, asistió y brindó sus condolencias en el domicilio de la familia Marín, así como en la ESGE donde también fueron velados los restos, expresando que «El fallecimiento del General Marín constituye una pérdida nacional, no solo por lo que realizó en el campo militar, sino también en las vastas actividades que desarrolló siempre inspirado en el Perú».
Las exequias del General se realizaron primero en su antigua y modesta casa de la avenida del Ejército, en el distrito de Miraflores y luego en el auditorio de la ESGE, muy próximo al CAEM. Su entierro se realizó en el cementerio «El Ángel», que fue una manifestación de amistad y camaradería, durante el cual hicieron uso de la palabra un sinnúmero de oradores.
Al año de su partida, el 06 de diciembre de 1981, se inauguró al ingreso de la sede del CAEN, un busto en homenaje a su fundador y primer director, el que se puede apreciar hasta la actualidad.
EL LEGADO
Desde su fundación, el hoy Centro de Altos Estudios Nacionales, cada año viene impartiendo educación a nivel de posgrado, entre doctorados, maestrías, diplomados y cursos especiales, vinculados con la defensa y el desarrollo nacional, a través de los participantes tanto profesionales civiles como militares, quienes conocen, analizan y proponen mecanismos para la solución de las diversas situaciones que se presentan en nuestro medio, así como el logro de los objetivos nacionales, a través del empleo de políticas y estrategias que buscan el bienestar y la permanencia en el tiempo de nuestro país.
Aquello es el legado que dejó a la posteridad el General de División José del Carmen Marín Arista, quien siempre se preocupó por el bienestar del hombre a través de la filosofía humanista y bajo la interacción de los conceptos del desarrollo y defensa nacional. Él nos demostró que la ciencia militar no solo es aplicable al arte de la guerra, sino también puede contribuir con la prosperidad de los hombres a través del análisis de su realidad nacional, teniendo en cuenta su poder y potencial nacional.
Siguiendo aquella doctrina formulada por Marín, los participantes que egresamos del Centro de Altos Estudios Nacionales contribuimos desde nuestros diferentes puestos laborales o de servicio con el desarrollo de nuestro páis, asesorando y brindando las recomendaciones precisas, frente a situaciones que requieran de una visión panorámica, teniendo siempre presente que «Las ideas se exponen, no se imponen», y que «no hay desarrollo sin defensa, y defensa sin desarrollo» , como siempre lo manifestó nuestro General José del Carmen Marín Arista.